El milagro de la miel

Hasta el siglo XVI la miel era el único endulzante conocido, pero el uso de la miel, que es milenario, no solo hace referencia como endulzante, desde siempre se ha considerado como medicina natural para tratar afecciones respiratorias, pues se le atribuye poder expectorante y antitusígeno, contribuye a la sanación de afecciones de la piel y mucosas, por su poder antiséptico debido a su alta concentración de azúcares y ácidos orgánicos y a la formación de peróxido de oxígeno a partir de la glucosa. 

También tiene alto poder energizante por su alto contenido de azúcares, actúa como vasodilatador, diurético y laxante y mejora la función digestiva. En estudios in vitro de Helicobacter pilori (bacteria que ocasiona la gastritis) se ha constatado que soluciones de miel tienen alto poder de inhibición de su crecimiento.

En la cosmética la miel y la cera de abejas se utilizan por su poder humectante y cicatrizante

Podríamos llenar páginas enteras hablando de los usos y grandes beneficios de la miel, como también de algunos datos que pueden resultar curiosos, como por ejemplo, que los egipcios y romanos la utilizaban para conservar las carnes y preparar bebidas energizantes con las que eran alimentados sus ejércitos en las expediciones.

También quiero destacar que las abejas tienen un duro trabajo para producir ese dulce exquisito y saludable que nos deleita. Para producir un bote de miel, las abejas obreras deben realizar 200 jornadas, recorrer aproximadamente 40 mil kilómetros y libar 800 mil flores. Hay que destacar el trabajo del apicultor que es arduo, pues tiene que cuidar mucho sus abejas cada mes para cosechar dos veces al año y en algunas ocasiones al cabo de un año no recoge nada.  

Agradezco de manera infinita la presencia de las abejas en nuestro planeta, no solo por el hecho de que nos comparten su alimento y medicina y por la forma maravillosa en que su sociedad está organizada y construida, y por su arduo trabajo, sino que además por el papel tan importante que juegan en el futuro alimentario de la humanidad, las necesitamos y las debemos conservar, ellas son grandes polinizadores por excelencia e indicadores biológicos de la salubridad de bosques y ecosistemas, pues solo habitan y sobreviven donde hay diversidad botánica.

Por eso y mucho más considero a la miel como uno de los tantos milagros que nos regala la naturaleza.